La
pobre perra se encontraba tan perdida que al tomar libertad, liberada
de su cadena, no hacía mas que dar vueltas y vueltas maravillada por el
espectaculo de su propio movimiento. Y olia, y olia... buscaba y
buscaba...y tras el olfato siguio el rastro encontrando una gallina. Se
abalanzó sobre ella y de un mordisco, la dejo TIESA. Corrió buscando a
su amo, y una vez éste se dio cuenta de que algo raro a la perra le ocurria, la siguió. Llegando al lugar donde se encontraba la gallina TIESA.
Él tomo la gallina toda TIESA, y se dirigió con palabras a la perra: !Muy bien. Eres una campeona. Muy bien!
La perra se olvido de la gallina TIESA, mientrás el dueño de la perra
dejó la gallina TIESA, en el corral de donde no debió salir, pues el
miedo la volvería a dejar ya no TIESA, sino MUERTA.
Como la
gallina tuvo la gracia de tropezarse con una perra con amo. El miedo de
la gallina de corral, como la libertad de saberse presa de la perra,
reflejarón en el amo la misericordia que Dios le concedió al dar cadena y
libertad a la perra, como corral seguro a la gallina, TIESA. Sin hacer
daño tanto a la perra como a la gallina, TIESA. Y dejando como moraleja:
El amor satisfecho, se abalanza sin miedo sobre la enfermedad que, al
mundo por su ser, deja TIESO y con la piel de gallina, pues ésta lleva
el mal dentro y lo muestra fuera, y aun estando seguro o eso cree, en su
corral. El miedo la dejará TIESA Cuando es amor lo que se abalanza sin
miedo...SOBRE LA gallina TIESA, como su miedo TIESO.
El día que
Dios falte, la perra deberá buscarse la gallina y ésta TIESA, será
MUERTA, como muerta la perra sin cadena que, no guarde DIOS.
El amor mat@. Imagine! la pasión descontrolada, bajo control.