Y yo, ando, en mí, perdido…
Cuando las murallas son custodias de sueños, aún, más perdidos… desvanecidos en la ausencia.
Quebrantos sin uniforme, uniformadas las condenas, tan sólo
con mis penas, mis sufrimientos se desgranan, encadenados, a las penas de los que sueñan…con manjares y entrepiernas
de sobremesa.
Unas sillas, unos sillones sin contemplaciones, acrecientan
enriqueciendo la duda y rompen, las indecisiones. Alimentando la desdicha y la
falta, de las ilusiones.
Encerrados en un sueño de esperanzas sin pasiones.
Ignorantes, sumisas las ansias de los corazones.
Y yo, ando, en mí, perdido…
Contemplando como acaricia el día, las nuevas disposiciones:
ZAMPAR, el pensamiento del hambriento, ZAMPAR, a la mañana. ZAMPAR,
lo que haya. ZAMPAR lo que disponga…la muralla, custodia arrogancia.
ZAMPAR…en un transito sin importancia…
Y he aquí, la riqueza de mis días. Expuestos a la necesidad,
de soñar, con llenar el alma y ZAMPAR pobreza, hasta reventar…el sueño, de la
inteligente y, cebada, desgracia…
Y yo, ando, en mí, perdido…
Y yo, ando, en mí, perdido…
Penefino poeta
Busca penitenta
Pie fino
Y una luz
Para su
Cometa…
Yo rey, bufón y verdugo
Salud y paz…ciencia.