18 de marzo de 2009

Despejando fantasmas

Sin pensarlo dos veces
Ya era demasiado, otra vez no
Tenía una sola salida
Por la puerta de atrás

Tenía una salida y la encontró
No era la mejor, solo una solución
Se despidió de su mentira
Se arrodillo ante el engaño
Alzando un dedo, se miro y sonrío
Y jamás, ya volvió

Huyo en embestida
Sin reparo, sin medida
Se quito el disfraz
Se reflejo tras el cristal de la adversidad
Desnudo por completo en su libertad
La hizo bailar cómo nunca hasta casi reventar
Enfermo en su inmensidad

Por la comisura de su boca
Salpicaba sangre a borbotones
Suspiros enmarcados
Todo rojo cubierto de emociones

Por sus piernas caían las ilusiones
Dejando atrás su vida
El cansancio mañanero
El aburrimiento tardío
El juego del prohibido

Abriendo los ojos del callejón
Entre la basura y el espeso olor
Tomaba su botella para el sinsabor

No sabía que pasaría
No importaba, aún no lo sabía
Más áspera si no buscas cura
En la Eterna aventura

Encaminando el cielo desteñido
Las gotas de lluvia rebotaban en su mejilla
Una nueva guerra, una nueva batalla
Pero nunca tirar la toalla

Guau, guay, guardando ladridos guau...

He tocado el cielo
He pisado mi tierra
He besado su suelo
Me he hundido en su agujero

Aúllan en la nieve blanca
Los perros del territorio
Ordenan y manipulan
La razón es una, no ninguna

Tras de mi chorreando baba
El hueso de palo viejo lamiendo
Coleccionando pulgas saltimbanquis
Abortando la realidad social

¡Los perros me tienen loco!

Me llevan y me traen
Por sus sonidos anunciadores
Recuerdan y diluyen
El suspiro del desquiciado arrogante

Por mi boca reventada
Entre los dientes negros
Desgajo a borbotones
la vida y sus condiciones

¡Los perros te dejaran salir o te harán huir!

Entre sus piernas artefactos
Olores y quebrantos
El bulto de la sumisión
Relajan con hielos de indigestión

En el frío de la corteza
Su piel sufrida dilata
El llanto de la rendición
Conservando frustración

Los perros, hacen guau, guau, guau
De noche y de día, guau, guau...
Y yo les digo, guay, guay, ahí os quedáis...
Que a mi, no me engañáis

¡Los perros se han vueltos locos!

Retorceros en la abundancia
De la siniestra y humilde ignorancia
En la fe de la sabiduría
Desflorar vuestra arrogancia

El nuevo dictador ha surgido
Conquistador del nuevo mundo
Deambulando entre el conjunto
Del paciente y digno incompetente

¡Los perros están para cualquier fin!

La nueva cura de la iglesia
La sal en la herida abierta
La sangre del vampiro ermitaño
La espada del engaño

Grupo electrógeno medioambiental
Molinos y vientos de buen agüero
Planes de gavilanes
Alimento del usurero

Ser feliz en el sendero
Ese que protege el águila perdiguero
Allí donde se encuentra la salida
Del absurdo cañonero justiciero

¡Los perros no te dejarán vivir!

El bocadillo del vendido
El chiste del perseguido
Si te ríes eres loco
Si lloras pobre afligido

No levantes la tapadera
Cuidado, salvaguarda tú hortera
Pues con ella el cielo
Abrirás su frontera

Qué una migaja de pan
No te indique el camino
Cometela, no seas cretino
Sí te da igual, tú vecino

!Los perros afirman que soy un loco¡

Se fiel a tus aullidos
Perrea, perrea, levanta la pata y gimotea
Deja contento a tú amo
Y pueda que te de su mano

¡El perro se rasca y observa tú destino!

Silencio, no ladres más
Piérdete, sal corriendo
No mires lo que esta viniendo
Levanta la mano y dásela a tú hermano

Los perros son también humanos

Sin rencores

Sin rencores

Cada noche que duermo
Cada suspiro que me invade
Desnuda mi desgracia
Silencia mi agonía

Solo pensar en tú mirada
Me devuelve de la nada
Registra un punto más
En la casilla de mi tormento

Tenerte tan cerca abrasa
Quemando mi piel tú sonrisa
Desgrano mi enfermedad
En los labios de tú misterio

Sutil e imperfecta
Dorando su mar al viento
Inunda el poco criterio
Derrumba mi monasterio

Siega mi pasión indigente
Desde del destello de sol poniente
Al apagón del sol de levante
Recolectando el calor del amante

Parpadea lo bendito
El roce de su piel
El sabor de su miel
Roza lo infinito

Deber en movimiento
Compromiso adquirido
Obligación restringida
Sustancia prohibida

Donde hallarte
Por donde conquistarte
Si tu amor lejos de mi
Camina errante


La muralla que te protege
Mi ser ante el, se desvanece
Sin entrada, sin agujero
Que desplome tú enredo

Dime tú, hacia donde debo mirar
Pues estoy ciego
Ya no escucho y de todo reniego
Sin ti, no soy más que un pobre prisionero

En la cárcel de tú corazón
Pues no lo sabes, pero allí espero
Dejando mi alma al cuidado
Para que avise de cualquier anunciado
Postrado ante ti lo grito al enmarcado

3 de marzo de 2009

Barriendo en casa

 
La nueva limpieza étnica
Un reseteo completo
En la tierra dorada
Del fluido babilónico
 
La colmena sin reina
Desterrada en la frontera
De la sal y la patera
Al consumo en la estratosfera
 
La prueba de la paciencia
Su virtud por montera
Desenladrillar la quimera
De la vida y su hormigonera
 
Que caminar descompasado
Por el muro helado
Con el alma aterrorizado
Del Dios aparcado en el vado
 
Curar todo error
Cerrar toda esperanza
Hacedlo sin pudor
Velad por la enseñanza
 
Administrando sudor y frió
Pecado llegado e impío
Del verde horror
Al rojo aniquilador

De tiendas Buscando una @..., D Digna Verguenza

De tiendas Buscando una @...

En los chasquidos del meneo
De la madera ya cansada
Se reflejaba el fuego lento
De la lumbre en una habitación

La chispas efímeras volaban
Entre sumisa y dulce admiración
Escuchando con detenimiento
La tierna y sublime conversación

Desgranaban sus vidas
Los gajos de las horas ofrecidas
En el vaivén de la emoción
Hablando una silla y un sillón

El recuerdo del día del Adiós al sillero
Que por dinero regalo su esmero
Dejando a su suerte y en libertad
En una casa noble, llamada igualdad

Acariciando su destino
Bebieron aguardiente, leche y vino
Se quitaron la ropa
Y se la pusieron

Despertaban de la siesta
Al dormido en su sueño
Lo hacían sigilosamente
Pues su respeto era más que prudente

Se contaban todo tipo de historias
Se divertían con la televisión
Entre libro, comida y cena, suspiraban
Desayunar juntos de nuevo su canción

Una silla que siempre fue Butacón
Un taburete de niño, el sillón
En el cielo de su circunstancia
Una ventana abierta a la compresión

Iguales ante cualquier posadera
A pesar de que fuese dura e impura
Mecían su presente y su futuro
Impasibles sostenían y su amor rendían

Nunca se quejaron por nada
Nadie los oyó gritar jamás
A pesar de que el niño o la niña
Les saltase o les girase

Hablando una silla con un sillón
En el cuarto de la ilusión
Se balanceaban entre sonrisas y llantos
Discutiendo con pasión

Se declararon amor eterno
Más allá de las puestas de sol
En la terraza del soñador
Del verano al aire libre y su esplendor

Les mostraba destelleante
La chimenea amiga en su calor
En los días de frío invierno
De caldo caliente, costura y pudor

Hablando una silla y un sillón
Él, taburete
Ella, Butacón
Dos piezas, de un hermoso salón

Sin ellas no hay paisaje, ni decoración
Sin ella, no hay cariño y belleza
Sin él, respeto y compasión
Semillas y fuentes de la humana unión



Por D. Digna Vergüenza