11 de febrero de 2010

Sol -da -dos en el infinito

Un sueño encierra un misterio
Domina lo más profundo del ser

Todo cuanto pasa por tú vida
Se desvanece con el amanecer

El miedo hechiza la ilusión
Enjuagua el ardor de estomago
Enladrilla la conciencia
Con el cemento de la paciencia

Somos soldados de la esperanza
Las alas del querer y no poder


Angeles promiscuos perdidos en la selva
Que rueda y gira nostalgica, buscando su sed

La mirada de la inocencia
Observadora en su mundo de papel
Se diluye y desaperece con el agua, que nunca pudiste beber

Un sueño camina por las calles
Un misterio goza de placer

Soldado del miedo, soldado del amor
¿Hasta cuando tú guerra de dolor?

Si por tus venas fluye la alegría
Arma tu honor, en el tiempo de la locura


Funde la hermosura con la desgracia
Anida en el manto de la oscuridad romera
Tan solo por la sagrada vanidad

Somos dueños de la nada
Poseemos el rigor y la justicia
La gracia del aliento en la palabra
Suave, maltratada, dormida confianza

Un sueño se refugia en el credo
Emociona lo que ni tú oyes, ni yo veo

Quizás juntos, pueda y podrá ser

Algo más que suerte, un sencillo deseo

Abré tu alma y tu cuerpo  complejo
Desahoga tu clamor en una lagrima
Pues el destello que de ti se desprende
Alumbra y anuncia el mundo verdadero

Acaricía la libertad
Te a seguro, se dejará tocar
Si en los dulces laberintos de la ignorancia
Le dedicas un minuto a la ordenanza del soplo inquisidor

Somos soldados de espuma y sal
Tú, yo y los que vienen detrás
Definiendo la vida en su carrera
De torpes en el nuevo amanecer







Un sueño desvela el misterio
Dominado por el estar y ser.