Madrid, BNE 9 de abril del 2011 D.C.
Carta abierta a una luz continua…
Con la luz se forjo una devoción. Un canto a la angustia de la sumisión, la insoportable frustración y el desanimo de la rendición.
Con la luz se forjo un aliento consagrado a través del corazón de Jesús, para bombear la sangre del afligido, regalando a la vida un compromiso, derruido por el olvido de la esencia comunal. Compartir para vivir, sin más.
Es la luz, y es la voz reivindicativa de lo conocido, respirando en la pregunta de lo desconocido, de la duda y de lo desprotegido, cuarteando la ley de lo prohibido y a lo largo del tiempo, alejada del humilde sentimiento de la inocencia, más bendita. Creadora a conciencia pura LUZ en una CASA NOVA, alivio Ángel consolador en el albor de un atardecer omnipresente.
Alabanza de pellejo callejero que, arrastra cadenas muy pesadas, clavadas en la cruz de la existencia terrenal, y la indiferencia más mundana, pasada a número y según rebaño, interesante y más apropiado. Todo cambia y se transforma…para hacer del todo, una nada, para la nada hacerlo un todo. Es la contemporánea luz que según empuje aplica la virtud y su aspiración, ya por momentos marginada, abandonada, desechada y como luz, desahuciada a la buena de Dios.
Con la luz se construyo un monumento sin miedo, levantando la estatua del lamento en base a lágrimas de ungüento de amor y paz.
Continúa errante el propósito, allá por dónde, el despropósito lo demande.
Cobija al alma en pena. La miseria sana a través de la grandeza, riqueza, caridad y bondad humana.
Fue sencilla la propuesta noble de la educación.
Fue sencillo el respeto del abrazo en dulce compasión.
Compartir en salud, escuchar la angustia y su preocupación.
Deshojar el corazón, abriendo el cielo de la esperanza y la ilusión.
Fue sencilla y será, en su complicada quimera, proteger viva la llama de la pasión.
Aferrandose en digna comunión a la palabra del sagrado corazón.
Consuelo que a veces, aparentemente engaña, y aún así, refuerza el espíritu de la propia y más personal enmienda, conspirada ésta en batalla vagabunda, calmada en la palabra amable de la verdad más profunda.
Bendigo en amable cortesía de agradecimiento, la luz que me ilumina y me salvaguarda en Casanova.
Casanova deseo y espero sea el reflejo de lo que veo, por los siglos de los siglos…
Respeto, corazón y amor eterno para la semilla que engendró la vida y con forma virginal de luz, muestra la misericordia y camina junto a la ciega multitud. Sin pedir nada a cambio salvo amor, y requerir prudencia, la que entrega sin maldad la luz de la paciencia.
Ha sido un honor, un gozo, un placer de humilde servidor.
Ante la luz me arrodillo y ante ella dejo latir mi admiración y más sincera devoción.
Qué Dios guarde en verdad, las paredes de las cuales emanan luz de amistad, convierten el cariño en alimento, cura, paz de feliz y generosa solidaridad.
Cobijo de gracia divina
Agua clara y pan de mar
Paz de costura fina
Casa y luz de buen estar
Usuario en 2011 d.c.
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Enrique Pérez Nieto
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