Sin pensarlo dos veces
Ya era demasiado, otra vez no
Tenía una sola salida
Por la puerta de atrás
Tenía una salida y la encontró
No era la mejor, solo una solución
Se despidió de su mentira
Se arrodillo ante el engaño
Alzando un dedo, se miro y sonrío
Y jamás, ya volvió
Huyo en embestida
Sin reparo, sin medida
Se quito el disfraz
Se reflejo tras el cristal de la adversidad
Desnudo por completo en su libertad
La hizo bailar cómo nunca hasta casi reventar
Enfermo en su inmensidad
Por la comisura de su boca
Salpicaba sangre a borbotones
Suspiros enmarcados
Todo rojo cubierto de emociones
Por sus piernas caían las ilusiones
Dejando atrás su vida
El cansancio mañanero
El aburrimiento tardío
El juego del prohibido
Abriendo los ojos del callejón
Entre la basura y el espeso olor
Tomaba su botella para el sinsabor
No sabía que pasaría
No importaba, aún no lo sabía
Más áspera si no buscas cura
En la Eterna aventura
Encaminando el cielo desteñido
Las gotas de lluvia rebotaban en su mejilla
Una nueva guerra, una nueva batalla
Pero nunca tirar la toalla
El cazo sin fondo
18 de marzo de 2009
Guau, guay, guardando ladridos guau...
He tocado el cielo
He pisado mi tierra
He besado su suelo
Me he hundido en su agujero
Aúllan en la nieve blanca
Los perros del territorio
Ordenan y manipulan
La razón es una, no ninguna
Tras de mi chorreando baba
El hueso de palo viejo lamiendo
Coleccionando pulgas saltimbanquis
Abortando la realidad social
¡Los perros me tienen loco!
Me llevan y me traen
Por sus sonidos anunciadores
Recuerdan y diluyen
El suspiro del desquiciado arrogante
Por mi boca reventada
Entre los dientes negros
Desgajo a borbotones
la vida y sus condiciones
¡Los perros te dejaran salir o te harán huir!
Entre sus piernas artefactos
Olores y quebrantos
El bulto de la sumisión
Relajan con hielos de indigestión
En el frío de la corteza
Su piel sufrida dilata
El llanto de la rendición
Conservando frustración
Los perros, hacen guau, guau, guau
De noche y de día, guau, guau...
Y yo les digo, guay, guay, ahí os quedáis...
Que a mi, no me engañáis
¡Los perros se han vueltos locos!
Retorceros en la abundancia
De la siniestra y humilde ignorancia
En la fe de la sabiduría
Desflorar vuestra arrogancia
El nuevo dictador ha surgido
Conquistador del nuevo mundo
Deambulando entre el conjunto
Del paciente y digno incompetente
¡Los perros están para cualquier fin!
La nueva cura de la iglesia
La sal en la herida abierta
La sangre del vampiro ermitaño
La espada del engaño
Grupo electrógeno medioambiental
Molinos y vientos de buen agüero
Planes de gavilanes
Alimento del usurero
Ser feliz en el sendero
Ese que protege el águila perdiguero
Allí donde se encuentra la salida
Del absurdo cañonero justiciero
¡Los perros no te dejarán vivir!
El bocadillo del vendido
El chiste del perseguido
Si te ríes eres loco
Si lloras pobre afligido
No levantes la tapadera
Cuidado, salvaguarda tú hortera
Pues con ella el cielo
Abrirás su frontera
Qué una migaja de pan
No te indique el camino
Cometela, no seas cretino
Sí te da igual, tú vecino
!Los perros afirman que soy un loco¡
Se fiel a tus aullidos
Perrea, perrea, levanta la pata y gimotea
Deja contento a tú amo
Y pueda que te de su mano
¡El perro se rasca y observa tú destino!
Silencio, no ladres más
Piérdete, sal corriendo
No mires lo que esta viniendo
Levanta la mano y dásela a tú hermano
Los perros son también humanos
He pisado mi tierra
He besado su suelo
Me he hundido en su agujero
Aúllan en la nieve blanca
Los perros del territorio
Ordenan y manipulan
La razón es una, no ninguna
Tras de mi chorreando baba
El hueso de palo viejo lamiendo
Coleccionando pulgas saltimbanquis
Abortando la realidad social
¡Los perros me tienen loco!
Me llevan y me traen
Por sus sonidos anunciadores
Recuerdan y diluyen
El suspiro del desquiciado arrogante
Por mi boca reventada
Entre los dientes negros
Desgajo a borbotones
la vida y sus condiciones
¡Los perros te dejaran salir o te harán huir!
Entre sus piernas artefactos
Olores y quebrantos
El bulto de la sumisión
Relajan con hielos de indigestión
En el frío de la corteza
Su piel sufrida dilata
El llanto de la rendición
Conservando frustración
Los perros, hacen guau, guau, guau
De noche y de día, guau, guau...
Y yo les digo, guay, guay, ahí os quedáis...
Que a mi, no me engañáis
¡Los perros se han vueltos locos!
Retorceros en la abundancia
De la siniestra y humilde ignorancia
En la fe de la sabiduría
Desflorar vuestra arrogancia
El nuevo dictador ha surgido
Conquistador del nuevo mundo
Deambulando entre el conjunto
Del paciente y digno incompetente
¡Los perros están para cualquier fin!
La nueva cura de la iglesia
La sal en la herida abierta
La sangre del vampiro ermitaño
La espada del engaño
Grupo electrógeno medioambiental
Molinos y vientos de buen agüero
Planes de gavilanes
Alimento del usurero
Ser feliz en el sendero
Ese que protege el águila perdiguero
Allí donde se encuentra la salida
Del absurdo cañonero justiciero
¡Los perros no te dejarán vivir!
El bocadillo del vendido
El chiste del perseguido
Si te ríes eres loco
Si lloras pobre afligido
No levantes la tapadera
Cuidado, salvaguarda tú hortera
Pues con ella el cielo
Abrirás su frontera
Qué una migaja de pan
No te indique el camino
Cometela, no seas cretino
Sí te da igual, tú vecino
!Los perros afirman que soy un loco¡
Se fiel a tus aullidos
Perrea, perrea, levanta la pata y gimotea
Deja contento a tú amo
Y pueda que te de su mano
¡El perro se rasca y observa tú destino!
Silencio, no ladres más
Piérdete, sal corriendo
No mires lo que esta viniendo
Levanta la mano y dásela a tú hermano
Los perros son también humanos
Sin rencores
Sin rencores
Cada noche que duermo
Cada suspiro que me invade
Desnuda mi desgracia
Silencia mi agonía
Solo pensar en tú mirada
Me devuelve de la nada
Registra un punto más
En la casilla de mi tormento
Tenerte tan cerca abrasa
Quemando mi piel tú sonrisa
Desgrano mi enfermedad
En los labios de tú misterio
Sutil e imperfecta
Dorando su mar al viento
Inunda el poco criterio
Derrumba mi monasterio
Siega mi pasión indigente
Desde del destello de sol poniente
Al apagón del sol de levante
Recolectando el calor del amante
Parpadea lo bendito
El roce de su piel
El sabor de su miel
Roza lo infinito
Deber en movimiento
Compromiso adquirido
Obligación restringida
Sustancia prohibida
Donde hallarte
Por donde conquistarte
Si tu amor lejos de mi
Camina errante
La muralla que te protege
Mi ser ante el, se desvanece
Sin entrada, sin agujero
Que desplome tú enredo
Dime tú, hacia donde debo mirar
Pues estoy ciego
Ya no escucho y de todo reniego
Sin ti, no soy más que un pobre prisionero
En la cárcel de tú corazón
Pues no lo sabes, pero allí espero
Dejando mi alma al cuidado
Para que avise de cualquier anunciado
Postrado ante ti lo grito al enmarcado
Cada noche que duermo
Cada suspiro que me invade
Desnuda mi desgracia
Silencia mi agonía
Solo pensar en tú mirada
Me devuelve de la nada
Registra un punto más
En la casilla de mi tormento
Tenerte tan cerca abrasa
Quemando mi piel tú sonrisa
Desgrano mi enfermedad
En los labios de tú misterio
Sutil e imperfecta
Dorando su mar al viento
Inunda el poco criterio
Derrumba mi monasterio
Siega mi pasión indigente
Desde del destello de sol poniente
Al apagón del sol de levante
Recolectando el calor del amante
Parpadea lo bendito
El roce de su piel
El sabor de su miel
Roza lo infinito
Deber en movimiento
Compromiso adquirido
Obligación restringida
Sustancia prohibida
Donde hallarte
Por donde conquistarte
Si tu amor lejos de mi
Camina errante
La muralla que te protege
Mi ser ante el, se desvanece
Sin entrada, sin agujero
Que desplome tú enredo
Dime tú, hacia donde debo mirar
Pues estoy ciego
Ya no escucho y de todo reniego
Sin ti, no soy más que un pobre prisionero
En la cárcel de tú corazón
Pues no lo sabes, pero allí espero
Dejando mi alma al cuidado
Para que avise de cualquier anunciado
Postrado ante ti lo grito al enmarcado
3 de marzo de 2009
Barriendo en casa
La nueva limpieza étnica
Un reseteo completo
En la tierra dorada
Del fluido babilónico
La colmena sin reina
Desterrada en la frontera
De la sal y la patera
Al consumo en la estratosfera
La prueba de la paciencia
Su virtud por montera
Desenladrillar la quimera
De la vida y su hormigonera
Que caminar descompasado
Por el muro helado
Con el alma aterrorizado
Del Dios aparcado en el vado
Curar todo error
Cerrar toda esperanza
Hacedlo sin pudor
Velad por la enseñanza
Administrando sudor y frió
Pecado llegado e impío
Del verde horror
Al rojo aniquilador
De tiendas Buscando una @..., D Digna Verguenza
De tiendas Buscando una @...
En los chasquidos del meneo
De la madera ya cansada
Se reflejaba el fuego lento
De la lumbre en una habitación
La chispas efímeras volaban
Entre sumisa y dulce admiración
Escuchando con detenimiento
La tierna y sublime conversación
Desgranaban sus vidas
Los gajos de las horas ofrecidas
En el vaivén de la emoción
Hablando una silla y un sillón
El recuerdo del día del Adiós al sillero
Que por dinero regalo su esmero
Dejando a su suerte y en libertad
En una casa noble, llamada igualdad
Acariciando su destino
Bebieron aguardiente, leche y vino
Se quitaron la ropa
Y se la pusieron
Despertaban de la siesta
Al dormido en su sueño
Lo hacían sigilosamente
Pues su respeto era más que prudente
Se contaban todo tipo de historias
Se divertían con la televisión
Entre libro, comida y cena, suspiraban
Desayunar juntos de nuevo su canción
Una silla que siempre fue Butacón
Un taburete de niño, el sillón
En el cielo de su circunstancia
Una ventana abierta a la compresión
Iguales ante cualquier posadera
A pesar de que fuese dura e impura
Mecían su presente y su futuro
Impasibles sostenían y su amor rendían
Nunca se quejaron por nada
Nadie los oyó gritar jamás
A pesar de que el niño o la niña
Les saltase o les girase
Hablando una silla con un sillón
En el cuarto de la ilusión
Se balanceaban entre sonrisas y llantos
Discutiendo con pasión
Se declararon amor eterno
Más allá de las puestas de sol
En la terraza del soñador
Del verano al aire libre y su esplendor
Les mostraba destelleante
La chimenea amiga en su calor
En los días de frío invierno
De caldo caliente, costura y pudor
Hablando una silla y un sillón
Él, taburete
Ella, Butacón
Dos piezas, de un hermoso salón
Sin ellas no hay paisaje, ni decoración
Sin ella, no hay cariño y belleza
Sin él, respeto y compasión
Semillas y fuentes de la humana unión
Por D. Digna Vergüenza
En los chasquidos del meneo
De la madera ya cansada
Se reflejaba el fuego lento
De la lumbre en una habitación
La chispas efímeras volaban
Entre sumisa y dulce admiración
Escuchando con detenimiento
La tierna y sublime conversación
Desgranaban sus vidas
Los gajos de las horas ofrecidas
En el vaivén de la emoción
Hablando una silla y un sillón
El recuerdo del día del Adiós al sillero
Que por dinero regalo su esmero
Dejando a su suerte y en libertad
En una casa noble, llamada igualdad
Acariciando su destino
Bebieron aguardiente, leche y vino
Se quitaron la ropa
Y se la pusieron
Despertaban de la siesta
Al dormido en su sueño
Lo hacían sigilosamente
Pues su respeto era más que prudente
Se contaban todo tipo de historias
Se divertían con la televisión
Entre libro, comida y cena, suspiraban
Desayunar juntos de nuevo su canción
Una silla que siempre fue Butacón
Un taburete de niño, el sillón
En el cielo de su circunstancia
Una ventana abierta a la compresión
Iguales ante cualquier posadera
A pesar de que fuese dura e impura
Mecían su presente y su futuro
Impasibles sostenían y su amor rendían
Nunca se quejaron por nada
Nadie los oyó gritar jamás
A pesar de que el niño o la niña
Les saltase o les girase
Hablando una silla con un sillón
En el cuarto de la ilusión
Se balanceaban entre sonrisas y llantos
Discutiendo con pasión
Se declararon amor eterno
Más allá de las puestas de sol
En la terraza del soñador
Del verano al aire libre y su esplendor
Les mostraba destelleante
La chimenea amiga en su calor
En los días de frío invierno
De caldo caliente, costura y pudor
Hablando una silla y un sillón
Él, taburete
Ella, Butacón
Dos piezas, de un hermoso salón
Sin ellas no hay paisaje, ni decoración
Sin ella, no hay cariño y belleza
Sin él, respeto y compasión
Semillas y fuentes de la humana unión
Por D. Digna Vergüenza
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